lunes, 31 de marzo de 2014

Prešeren. Nacimiento y muerte en un día

No ha cambiado mucho desde la última entrada, cosa obvia por el silencio. Son tiempos de futuro incierto en los que cuesta sentarse inspirado ante un teclado. El invierno ha pasado sin pena ni gloria, con tan solo tres días de frío de verdad (aún en el diciembre pasado) y una semana de nieve y hielo espectacular que causó la mayor catástrofe natural en Eslovenia de los últimos cincuenta años. Me pilló en este ritmo tan ocupado que apenas pude prestarle atención. Eso sí, ver el cementerio de árboles en que se había convertido el país era un espectáculo dantesco. Costará mucho tiempo recuperarse.

Un mínimo ejemplo del temporal de hielo.
¿Cómo no se iban a partir miles y miles
de árboles?

En torno a esos días llegaba un nuevo 8 de febrero. Este año quería liarme la manta a la cabeza y tener un día de Prešeren de verdad. Y vaya si lo hice. A pesar del desagradable tiempo y del metro de nieve acumulada en las cunetas me puse al volante para llevar a cabo el itinerario previsto. Empezó en Vrba, el pequeño pueblo cercano a Zasip donde nació el poeta y que se vestía de gala, como no podía ser de otra manera. Pero el ambiente estaba un poco desangelado. Muy pocos visitantes escuchaban recitar sus poemas a un par de actores o caminaban por el mercadillo puesto para la ocasión. Algunos más había en la casa-museo de Prešeren, ese hogar modesto en el que nació, en el seno de una acomodada familia de campesinos. El museo es una casa-museo típica. A mí en general no me gustan, porque son demasiado pobres en cuanto a contenido. Pero es cierto que si te gusta el personaje son más que interesantes. En esta en concreto lo más interesante era la cuna en la que se crió Prešeren y una colección de diferentes ediciones de sus trabajos. Por lo demás, los paneles informativos me resultan soporíferos.


Recital ante la estatua del poeta. A la izquierda al fondo
su casa natal

De ahí la ruta continuó hasta Kranj, donde el poeta pasó sus últimos días después de haber pasado por ciudades como Viena o Liubliana, entre otras. En el bonito centro histórico de esta pequeña pero agradable ciudad se sitúa otra casa-museo de Prešeren, pues en ella murió. Y Kranj también saca a relucir cada 8 de febrero lo mejor de lo mejor. Se organiza hasta un festival de cierta entidad con el nombre de Prešernov smenj. Todo el centro se convierte en un mercadillo con diferentes tipos de productos gastronómicos, artesanía y antigüedades, además de conciertos, bailes tradicionales y un sinfín de oferta cultural. El ambiente era el opuesto al de Vrba. Calles repletas de gente, entre la que te podías encontrar al mismísimo Prešeren revivido. Intenté contenerme ante semejante abrumadora cantidad de eventos y me dirigí a la casa del poeta. Esta me gustó mucho más. En ella se estableció cuando por fin le permitieron abrir su propio bufete y su contenido, pese a ser de las mismas características que la casa anterior, era más rico. Especialmente interesante fue ver su oficina y su habitación, tal como en ellas vivió. Tenían hasta la mortaja en la que envolvieron su cadáver. Y es que Prešeren no se merece menos.

No solo Liubliana está decorada con estatuas de nuestro
protagonista. El cabezón de esta frente al teatro principal de
Kranj (y que lleva su nombre) siempre me ha hecho mucha gracia
France reencarnado
Ambientazo frente a la casa de Prešeren en Kranj
Su despacho de abogado
El viaje terminó en su tumba, en un meláncolico parque
de Kranj de nombre Prešernov gaj