viernes, 19 de noviembre de 2010

LIFFe

Ljubljana International Film Festival. Eso es lo que empezó el día 10 de noviembre en Liubliana y que va a durar hasta el domingo, en su vigesimoprimera edición. Por lo visto es bastante popular en la ciudad, especialmente entre la gente joven, y es que Liubliana tiene un gran porcentaje de población estudiante que viene de todo el país a la universidad de la capital y los fines de semana vacían la ciudad. Por lo que he podido apreciar sí es verdad que este humilde festival de cine aporta bastante a la vida cultural de aquí, hay bastante gente en la calle cuando hay proyecciones (que son muchas películas diferentes y en diferentes salas de la ciudad) y por el centro estos días se pueden ver bastantes muñecos del mismo estilo representando a diferentes personajes del celuloide. Supongo que será una especie de mascota del festival. Las entradas son bastante baratas, aunque en realidad son de precio similar a las de una película normal en el cine. En torno a los cuatro euros y medio. Si comparamos con Madrid, sí, es muy barato. Además hay bonos a la venta para poder ver varias películas, que es lo que compra la mayoría de la gente. Pero nuestro pecunio no daba para mucho y decidimos elegir simplemente una. Creo que no pudimos elegir mejor (bueno, en realidad elegí yo; Monika prefería otra que también vimos uno de estos días pero en el ordenador descargadita de internet y que estaba bien, pero sin más). Las opciones se reducían mucho, ya que mi magnífico oído sólo nos permitía ver alguna película en español, que la verdad es que había muchas. Y además quería verla en Cankarjev Dom, que es uno de los palacios de congresos de Liubliana, en el centro y muy cerca de casa. Se llama así en honor a Ivan Cankar, el escritor que vivía en Rožnik. Soy un poco pijo con estas chorradas de ver sitios de la ciudad, lo reconozco. Total, que la elegida fue "El secreto de sus ojos", la película argentina con Ricardo Darín que ganó el Oscar a la mejor película extranjera este año (y que por eso no participaba en la sección a concurso del festival, sino que sus diferentes proyecciones eran una especie de premiere en Eslovenia antes de que se proyecte en las salas de cine). La película es buenísima, no voy a decir más. Simplemente que es de lo mejorcito que he visto últimamente. No es que sea muy cinéfilo, pero recientemente veo más películas de las que acostumbraba antes, y es muy difícil que algo me sorprenda y/o me guste, por lo menos en cuanto a producciones nuevas se refiere. La película fue en español, con subtítulos eslovenos, que creo que no hace mucha falta decir que es como ven aquí siempre las cosas, tanto en el cine como en la televisión. Lo vimos en la "Linhartova Dvorana" (Sala de Linhart, que fue otro escritor esloveno; éste lo que hizo fue escribir la primera comedia en esloveno, en el siglo XVIII), que no era tan espectacular como parecía en las fotos, pero la verdad es que fue un sitio interesante para ver una película.

La ciudad estaba llena de carteles
promocionales del festival
Cankarjev Dom, decorado con uno de los muñequitos



Otra de las cosas interesantes que me ha deparado mi vida aquí ha sido hoy. He podido tener mi primer contacto con el voluntariado. No empiezo hasta el 1 de diciembre, pero el otro día me llamaron de la organización con la que voy a trabajar para invitarme a un taller que iban a realizar, y no quería perder la oportunidad. El lugar ha sido Soča, el centro de rehabilitación más importante de Eslovenia, (y que supongo que se llama así por un valle de los Alpes eslovenos del mismo nombre) y durante dos horas he tenido la oportunidad de estar con alrededor de diez niños de Gaza, que están en Liubliana siguiendo un programa de rehabilitación, además de recibir las prótesis para sus miembros amputados por culpa de las minas antipersona. Ha sido muy enriquecedor, nunca había hecho nada así, y supongo que me tengo que empezar a acostumbrar pues eso es lo que voy a hacer durante el voluntariado, trabajar con niños (con los que hasta ahora en mi vida he tenido prácticamente contacto nulo). Es sorprendente la alegría de niños que viven en situación de guerra, y encima con tan mala suerte. Su situación es algo que la gente occidental ni podemos llegar a imaginar, acomodados en nuestro "bienestar". Y también te sientes consternado por la barbarie de la situación de Palestina. Podría decir mucho más, pero ¿quién coño soy yo para hablar de esa situación que me toca tan de lejos? Por cierto, el otro día desaproveché la que pudo ser la última oportunidad de salir con la bici antes de la llegada del invierno. No es que hiciese buen día, pero lo suficiente, y cuando estaba a medio vestir me rajé. Luego me arrepentí un poco, porque no sé si en diciembre va a ser posible salir, pero es lo que hay. Bueno, ¡nos vemos mañana!

viernes, 12 de noviembre de 2010

Ruta ciclista del Radovna

Hoy tocaba bici. Hacía buen día y Monika trabajaba, así que había que aprovechar. Después de meditar si intentar la venganza de la cuesta de Jesenice, me he decidido por otra idea que también hubo que abortar en su momento, la ruta ciclista del Radovna, y es que Monika ni siquiera pudo llegar al inicio de la ruta (eso por decir que mi blog es aburrido, ¡ja!). Ella me enseñó esta ruta, que está muy cerquita de su pueblo, pero al final la he hecho sin el tríptico porque lo tengo en Liubliana. Es la primera ruta ciclista elaborada dentro del Parque Nacional del Triglav, el único parque nacional de Eslovenia y que está en esta zona de los Alpes Julianos. El Triglav es la montaña más alta de Eslovenia (2.864 metros) y es un auténtico símbolo para los eslovenos. Es el escudo de su bandera y hay un dicho esloveno que dice que no se es un verdadero esloveno hasta que se sube a la cima del Triglav (me gustaría hacerlo cuando llegue el buen tiempo, pero Monika está acojonada). Además de muchos mitos, leyendas, nombres comerciales, etc. Y el Radovna es un río cortito, que forma el valle del mismo nombre y afluye al Sava Dolinka (que después se convierte en Sava y es el río más importante de Eslovenia y uno de los más grandes de los Balcanes). Y la ruta ciclista tiene ese nombre porque evidentemente discurre por el valle del río.

Las aguas claras del Radovna al comienzo de la ruta
Entrando al parque nacional, también al comienzo

Desde Zasip hasta Krnica, el pueblo donde empieza la ruta, hay tres kilómetros o así. No es mucho, pero ha sido lo más duro. Porque es prácticamente todo subida cruzando los pueblos de Podhom, Spodnje Gorje y Zgornje Gorje (vamos, Gorje de Abajo y Gorje de Arriba, sin coñas), y con cierta pendiente en algunos momentos. O sea que he llegado al inicio de la ruta con un calentón importante, y eso que esto es lo que hicimos la otra vez, así que ya lo conocía. Una vez en Krnica, una bajada vertiginosa (y que después a la vuelta probablemente sería el repecho más duro de todo el recorrido), y al salir del pueblo se entraba en el parque nacional. Por la planimetría que venía en el tríptico debo decir que no parecía muy duro, pero lo ha sido y bastante. La ruta, que según el panfleto son 16 kilómetros y según las señales que he visto en la "carretera" son en torno a 13), va a la orilla del Radovna, remontándolo. Con lo cual, gran parte del trayecto es ascendente, si bien con una pendiente ligera que en algunos tramos se convierte en mayor y en otros en favorable. Además, a los tres kilómetros el asfalto ha desaparecido para dar paso a una carretera de arena con una mínima cantidad de gravilla que en bastantes ocasiones se convertía en un barrizal con charcos. El paisaje era espectacular, ¿qué otra cosa puedo decir? Un valle típico alpino en el que me he cruzado con cabras y vacas, en el que había algunas granjas y en el que he visto un par de casas totalmente aisladas (y yo me pregunto: "¿Quién cojones vivirá ahí?"). Pero también debo decir, que cuando te exiges tanto encima de la bici no prestas mucha atención a lo que te rodea, sólo tratas de sobrevivir. Y cuando voy solo con la bici me exijo. Aunque el calentón con el que había llegado a Krnica se me ha pasado rápido, ya que los rayos del sol en el valle ni me han tocado (es lo que tienen los valles). Vamos, que he pasado casi frío (calculo que la temperatura sería de 7 u 8 grados), y mira que estaba sudando. Esto luego, como veréis, tendría sus consecuencias.

Un momento cualquiera por el valle

Doce kilómetros después de abandonar la civilización he llegado a la meta de la ruta, el pueblo de Zgornja Radovna, que si no me equivoco significa "Arriba del Radovna". Eso ya sirve para hacerse una idea de que efectivamente el trayecto era ascendente. Una paradita para soltar piernas y reponer agua. No me lo he pensado y he entrado en un "gostilna" que había a la entrada del pueblo para pedir que me rellenaran el bidón. Sabía que en un sitio tan aislado iban a ser amables. Y lo han sido, después de mi magnífica petición en esloveno. Y al volver a la bici se me ha caído un rastral del pedal. Ya llevaba dándome problemas unos cuantos días y ha terminado por suicidarse, y eso que lo había apretado antes de salir. Tampoco ha supuesto mucho problema, pero me he dado cuenta que no sé montar en bici sin rastrales. El pie se me iba todo el rato. Eso también es porque he vuelto a una velocidad considerable, mucho mayor que a la ida, aprovechando la bajada y también porque no quería que se me hiciera de noche (he salido tarde de Zasip, en torno a las dos y media). Terminar la ruta se ha salvado sin mayores problemas. Se me ha pasado el dolor de espalda que tenía a la ida, pero me he dado cuenta que tenía los dedos de los pies helados (que no congelados) y los he empezado a mover. Ha habido un momento en el que me he visto cual Juanito Oiarzábal sin dedos. El problema ha venido después de subir el cuestón de Krnica que suponía el final de la ruta. Este esfuerzo, más el frío acumulado, me han pasado factura. ¿Y qué me ha pasado? Pues lo que me pasa siempre cuando cojo frío. Me han entrado unos retortijones terribles. Ya me quedaba bastante poco para llegar a "casa", pero ya me conozco estas situaciones y he decidido parar en el primer bar que encontrado (es mejor cortar por lo sano que estar diez minutos sufriendo a lo tonto). He entrado directo a hacer aguas mayores y al salir me he tomado un zumo por vergüenza, y menudo palo que me han pegado. Pero, ¿y lo bien que he ido después hasta el final? Supongo que diréis: "Joder Changa, no tienes vergüenza ajena, ¿cómo coño cuentas eso en el blog?". Pues por varias razones. Primero, no creo que mucha gente llegue a este punto de la entrada después del tostón que estoy metiendo. Segundo, me la pela la norma social de no hablar de este tipo de cosas en público (es algo natural y que a todos nos ha pasado, ¿no?). Y por último, cuento con que este blog sólo lo lee gente que me aprecia, y total, no creo que esa gente me vaya a dejar de hablar porque haya tenido que cagar. Además, así os partís el culo, que estas cosas siempre hacen gracia.
  
Vista preciosa desde Zgornja Radovna.
Las montañas transmitían una sensación de frescor
muy fresca (¡sí, soy un poeta!)

El "gostilna" que ha saciado mi sed

He llegado a Zasip con unas ganas locas de meterme en la ducha, pero por ser un poco pelota he sacado a pasear a Kala para que dejase trabajar tranquilo al padre de Monika (como todos los cachorros, el perro da un rato por culo) y he ayudado a colocar un poco de leña. No puedo hacer menos, después de la cantidad de días que estoy aquí de gorra. El baño-ducha no ha estado tan mal, pero lo esperaba mejor después de 30 kilómetros de paliza (he tardado una hora y diez minutos a la ida y cincuenta minutos a la vuelta incluyendo el percance del retrete). Ahora tengo las rodillas y la espalda hechas una mierda. Si el otro día tenía esa cara después de Rožnik, imaginad la que tendría hoy. No me he hecho una foto porque no me quería morir del susto.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Učitelj za špansko in več

Voy a contar unas cuantas cosas así a cholón, sin mayor orden ni nada. De momento me sorprende que no hace mucho frío. De hecho, bastante poco. Estamos a mediados de noviembre y aún no puedo decir que haya hecho verdadero frío. En Liubliana durante el día la temperatura está en torno a los quince grados, y por las noches un poco por debajo de los diez. En Zasip sí se nota más frío. No en vano está en las montañas, aunque por ejemplo el otro día las cimas habían perdido prácticamente toda la nieve que tenían. Eso sí, llover, llueve bastante, como la mitad del tiempo o así. Un coñazo... El voluntariado cada vez está más cerca, y sigo con intercambios de correos con las organizaciones y demás. Tengo bastantes ganas de empezar y por fin sentirme útil. Y como cada vez está más cerca la fecha, estos últimos días estoy estudiando bastante esloveno. Me hubiera gustado haber estudiado más a día de hoy, pero he sido bastante vago y nunca he hecho por encontrar el momento para estudiar. Pero como Monika tiene un examen la próxima semana, la estoy obligando a ir a estudiar a la biblioteca. Y yo voy con ella y, o bien preparo clases de español o bien estudio esloveno. Nos gustaría ir a estudiar a la Biblioteca Nacional, que está cerquita de casa, pero tendría que pagar quince euros para hacerme el carnet, y eso simplemente para tener acceso a la sala de lectura, ya que por ser extranjero y no estudiante no tengo derecho a préstamo de libros. Total, que no creo que lo vaya a pagar. Ya haremos algún chanchullo con algún amigo de Monika que no vaya, que a los estudiantes les sale gratis. Supongo que os sorprenderá que haya que pagar por las bibliotecas. A mí también me sorprendió. Muchísimo. De hecho, más que sorprender, casi diría hasta que me “repugna” debido al funcionamiento de las bibliotecas públicas en España. Pero aquí todas las bibliotecas funcionan así. Tienes que pagar una cuota anual, y por ejemplo, si te retrasas en la devolución de los ejemplares la multa se paga en dinero, y no en penalización de tiempo sin préstamo. Pero bueno, hemos encontrado otra biblioteca también muy cerca de casa, que es una biblioteca de cosas de ingenería, arquitectura y similares (no recuerdo exactamente de qué, aunque eso sí, no es de ninguna facultad, es pública). Nadie te identifica al entrar y se está bastante bien. La verdad es que al principio me negaba a pagar por una biblioteca, pero no me ha quedado más remedio que hacerlo. Me he hecho el carnet de la biblioteca del Instituto Cervantes de aquí, porque necesito consultar un montón de libros para preparar las clases. Sólo he tenido que pagar cinco euros por un año, y como es bastante familiar (de hecho, ya tengo bastante confianza con la gente que lo lleva) pues no hay que pagar si te retrasas en la devolución. Así que, dentro de lo malo no está tan mal. Y necesito coger esos libros para preparar las clases. Ya lo dije en la entrada anterior, que trabajo en dos sitios (Hola y Luna), y con ello sigo, por ahora con un ritmo de dos clases a la semana. En Hola tuve clase ayer con el mismo chico que en teoría voy a tener todos los martes y mañana tengo clase en Luna. Estoy bastante contento y orgulloso de haber encontrado trabajo tan pronto y de lo que quería, que creo que no es tan fácil. Y además creo que lo estoy haciendo bastante bien. Estoy dedicando bastantes horas a preparar las clases, siguiendo diferentes métodos, libros y demás. Me repito mucho, sí, lo sé, pero espero poder seguir con ello a partir de diciembre.

El aula en Hola



La prueba del delito
Por lo demás, el otro día volví a subir Rožnik con la bici. No hubo color con las anteriores veces. Ya me conocía el camino y la dureza, con lo cual supe regular mejor y la verdad es que subí bastante más suelto hasta arriba. Las tentaciones de echar pie a tierra fueron prácticamente inexistentes, conseguí subir y volver sin bajarme de la bici ni un solo segundo y después no estaba extenuado. Supongo que la práctica sirve para mejorar. Otra cosa, ayer era el cumpleaños del padre de Monika y por eso hace unos días fuimos a un “gostilna” a cenar. Un gostilna es un típico restaurante esloveno, con comida tradicional. En realidad es un restaurante normal, pero diría que con cierto aire familiar y casero (si no me equivoco gostilna significa algo como casa de huéspedes). Total, que por fin probé el “Ljubljana schnitzel”, que era algo que quería desde hacía mucho tiempo. Un schnitzel no es otra cosa que un escalope de toda la vida, ni más ni menos, pero uso esta palabra porque me introduje en su mundo cuando estuve viviendo en Viena (el Wiener Schnitzel probablemente es el más famoso). Y creedme, están exquisitos. El Ljubljana Schnitzel no es muy diferente, de hecho es prácticamente igual pero tiene jamón y queso en el interior. No es que fuese nada del otro mundo, pero como todo escalope, pues estaba bueno. Lo probaré en el futuro en otros restaurantes para contrastar. Y no, no se me ha olvidado. Dije que había estado estudiando bastante esloveno. Evidentemente todavía no puedo mantener una conversación, pero estoy ya aprendiendo bastante vocabulario de la vida cotidiana y conozco el presente de los verbos, algunas preguntas básicas, etc. Vamos, que en tiendas o así debería empezar pronto a atreverme a hablar en esloveno. De momento, mis conocimientos sólo me sirven para impresionar a los amigos de Monika. Pero bueno, poco a poco, es un idioma muy diferente y muy difícil.

Mi cara de gañán al terminar de bajar Rožnik

domingo, 7 de noviembre de 2010

Veronika decide morir

Hace dos días me terminé de leer este libro. "Muy bien, ¿y eso qué coño tiene que ver con tu blog sobre Eslovenia?". Pues básicamente me lo leí por eso. El libro está ambientado en Liubliana. No sé si lo conocéis, pero es una novela bastante famosa de Paulo Coelho. Nunca había leído nada de él, y la verdad es que es un buen autor. El libro me lo leí básicamente porque es un libro que a Monika le gusta mucho y en su último cumpleaños unos amigos le regalaron una edición en español, que es la que he leído. El libro trata sobre una chica que intenta suicidarse, pues cree que la vida no tiene nada mejor para ofrecerle. No tiene éxito y acaba en una institución psiquiátrica, donde los médicos le comunican que sólo le queda una semana de vida, ya que debido a la ingesta de pastillas su corazón ha sufrido daños irreversibles. No me gusta hablar mucho de los argumentos. De hecho, normalmente me gusta no leer nada sobre un libro antes de leerlo. Lo que sí quiero decir de este libro es que te hace pensar, y te hace hacerte preguntas incómodas. En el libro se trata la locura, y la estupidez generalizada de la sociedad respecto a la locura. ¿Quién está más loco, el que es diferente o el que quiere ser igual a todos? Se critica el tipo de vida que la mayoría de la gente lleva: trabajo, matrimonio, hijos, etc. Además, como he dicho, está ambientado en Liubliana y salen algunos de sus lugares más emblemáticos, como el castillo o la plaza de Preseren. También se menciona Bled, que venía escrito con v. ¡Casi me da un síncope! Y tiene bastantes gracias respecto a lo pequeño y desconocido que es Eslovenia. El final me gusta bastante, y el comienzo más. Me parece lo más original del libro. Y es que Coelho aparece en su propia novela, ya que tiene algo de autobiográfico (estuvo de joven interno en una institución psiquiátrica). Después de terminar el libro, vimos la película, que se estrenó hace pocos meses. Es una película de Hollywood, aunque a mi me recordó más al rollo cine europeo independiente, y a pesar de que cambia bastantes cosas (para empezar, está ambientada en Estados Unidos, y las menciones a Eslovenia se quedan reducidas a un par de anécdotas), mantiene más o menos la esencia del libro. La protagonista es Sarah Michelle Gellar, Buffy para los amigos. Resumiendo, que si queréis leer el libro o ver la película os animo a ello. Será bastante más ilustrativo que cualquier cosa que yo pueda decir por aquí. Aunque, como no podía ser de otra forma, el tópico de que el libro es mejor que la película, se cumple al 100 %.


Poco más. Solamente decir que está confirmado, trabajo en las dos únicas academias que hay sólo de español en Liubliana. De momento con alguna clase particular, aunque hay más proyectos para el futuro. Pero me sigue pasando lo mismo. Tengo miedo de no poder compaginarlo apenas con el voluntariado. Espero que, al menos, algo pueda seguir haciendo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Bernays Propaganda

Últimamente no escucho apenas música. No es algo que me guste, pero qué le voy a hacer si es lo que me sale hacer. Pocos nuevos discos o bandas me hacen sentir cómo lo hacía antes, y los grupos que lo consiguen son algunos que normalmente nunca imaginé hace unos años que escucharía. Pero supongo que todas las cosas que te pasan en la vida influyen. Uno de los escasos descubrimientos que he hecho "recientemente" han sido Bernays Propaganda. Son de Macedonia y hacen postpunk, aunque es una música que hace no mucho tiempo yo llamaría gafapasta. Pero vamos, que lo que hacen es que muevas el esqueleto. Los conocí en una noche de la de "dios de la nasa" en Viena y no sé el porqué, pero a pesar de que disfruté muchísimo con su concierto no les seguí la pista. Hasta que hace unos meses me acordé de ellos y me enganché definitivamente. Y vi que al poco de que me viniese a Eslovenia tocarían en Liubliana. Evidentemente, no perdí la oportunidad. Hace ya unas semanas de ello, pero como no ha sido hasta ahora que he escrito una crónica en Libertonia (webzine musical donde escribo normalmente; últimamente no tanto como me gustaría), pues hablo de ellos por aquí. No me voy a repetir, así que simplemente os dejo el enlace: 



¡Qué ganas de volver a encontrármelos en el camino!